Emplazada en la zona alta de Barcelona, la parcela está orientada siguiendo la directriz sudoeste a noroeste marcada por la parcela. Entre la avenida esplugues y la calle Cavallers que rodean la parcela existe un desnivel de aproximadamente dos plantas.

Aprovechando este desnivel, se crean dos plataformas en el terreno en donde se asientan las edificaciones. Son tres volúmenes de tamaños distintos que van de mayor a menor. Cada uno de ellos consta de cuatro plantas piso y una de semisótano debajo de las plataformas.

En estas plantas semi enterradas se ubican los accesos y el aparcamiento para las viviendas. En las cubiertas se ubican las áreas comunes con las piscinas. La geometría de la fachada responde a la direccionalidad y orientación de cada una de las tipologías. Evitando que los edificios se miren entre sí, el edificio mayor se sitúa en la parte baja de la parcela orientado al suroeste, el mediano apoyado en la plataforma superior se orienta al sur este y el pequeño en cambio se orienta al noreste.

Las zonas de día quedan vinculadas a las terrazas con ventanas correderas elevables de grandes dimensiones. Los dormitorios en cambio requieren unas ventanas de deimensiones controladas y con mayores requerimientos funcionales. La contraposición entre las ventanas para las zonas de día y las de noche expresa la direccionalidad de los edificios. La estructura portante de hormigón visto, es la que articula estos cambios en la fachada y sirve de soporte.

Un factor clave para entender la solución constructiva del edificio es que tuvo que construirse en menos de 10 meses. Esto fue posible a la industrialización de los sistemas de fachada. En este sentido tuvo un papel muy importante el desarrollo de la ventana de los dormitorios en donde se integraron la carpintería, el cajón de persiana, la barandilla, y el radiador mediante un recerco metálico que sirvió a su vez de acabado.